Aprovechando el nuevo auge de «Yo soy Betty La Fea», telenovela grabada hace 20 años, recordamos los vehículos que junto a Betty, Don Armando, Patricia Fernández y el «Cuartel de las Feas», tuvieron un papel relevante en dicha producción.
No cabe duda. Después de 20 años, el país vuelve a hablar de «Yo soy Betty La Fea», una telenovela emitida entre octubre de 1999 y mayo de 2001, que el Canal RCN retransmite como homenaje a su autor, el recién fallecido Fernando Gaitán. Otras de sus obras fueron «Café, con aroma de mujer» (1994-1995) y «Hasta que la plata nos separe» (2006-2007), esta última ambientada en un concesionario de carros.
La idea surgió antes de aparecer los canales privados de televisión, en 1998, cuando estos necesitaban historias frescas, costumbristas, con buena calidad argumentativa y, en lo posible, un toque de humor. «Yo soy Betty La Fea» cumplió con todos esos elementos, aún cuando en su estreno inicial aún era escaso el ‘rating’ de los canales privados.
El éxito llegó orgánicamente, y la novela se convirtió en la más efectiva vitrina comercial de diversos productos, entre ellos, por supuesto, los vehículos. Firmas como Mercedes-Benz y Skoda se dieron pantalla, y Renault hizo lo propio, desde la pauta comercial.
Contexto nacional y del sector automotor
Cuando se transmitió «Yo soy Betty La Fea» por primera vez, Colombia estaba en su peor momento. El entonces presidente Andrés Pastrana debió enfrentar una gravísima crisis financiera que causó la peor recesión desde 1930, y un recrudecido conflicto armado con organizaciones armadas al margen de la ley, priorizando el diálogo como la sensación más sensata.
La mala situación económica y de orden público se reflejó en las ventas de carros. De las 150.000 unidades vendidas en 1997, el mercado cayó a niveles de 60.000 entre 1999 y 2001, retrocediendo a las cifras anteriores a 1992, cuando solo existía la oferta de las tres ensambladoras nacionales.
Afortunadamente, países vecinos que sufrieron situaciones más complejas se recuperaron rápidamente, y sus mercados fueron el salvavidas de la industria automotriz nacional. Venezuela rebajó impuestos e intereses a carros básicos de armado local y andino, y Ecuador dolarizó su economía.
Los carros más populares en los albores del 2000
Por aquellos años, los carros más vendidos en Colombia eran los Chevrolet Corsa y Renault Mégane, enfrascados en una dura pelea por el primer lugar del mercado. Entre los importados, destacaban los Hyundai Accent Verna, Daewoo Lanos, Volkswagen Gol y Peugeot 206.
Entre tanto, la gama alta estaba ampliamente dominada por el Mazda 626, entre los camperos y SUV brillaban las Chevrolet Grand Vitara, Mitsubishi Montero y Toyota Prado; y en las pick-up ganaba la Chevrolet Luv. Los novedosos autos monovolúmen, de gran furor en Europa por esos años, tenían en Colombia a la Renault Scénic.
Comenzaba el reinado de los taxis «zapatico» con la llegada del Hyundai Atos, que empezaba a restar compradores al confortable Daewoo Supertaxi Cielo, próximo a su descontinuación. [VER TAMBIÉN: «En el 2000…» así era la Colombia automotriz cuando nació EL CARRO COLOMBIANO]
Carros estelares en «Betty La Fea»
Entre las diferentes particularidades que identificaron a «Yo soy Betty La Fea», cada personaje tenía un automóvil que lo identificaba.
Así fue el caso del Toyota Celica de Armando Mendoza, o el «vetusto» Ford Fairmont Futura del padre de la protagonista, sin olvidar al efímero Mercedes-Benz E200 adquirido por Betty y Nicolás Mora, con el que buscaban compensar su escasez económica y de atractivo físico.
Toyota Celica (MK 6)
El presidente de Ecomoda, Armando Mendoza (Jorge Enrique Abello), conducía uno de estos autos deportivos. En un episodio, el mensajero de la empresa Fredy Stewart Contreras (Julio César Herrera) chocó el vehículo contra un poste, al distraerse por una bella mujer en la calle.
Presentado en 1993, el Toyota Celica Notchback de sexta generación se vendió en Colombia entre el tercer trimestre de 1994 e inicios de 1996, con techo corredizo en su dotación de serie.
Contaba con un motor 2.0 litros Twin Camshaft de 16 válvulas, capaz de generar 126 caballos de potencia a 5.600 rpm y torque de 179 Nm a 4.400 rpm, unido a una caja manual de 5 velocidades. Hoy, son muy escasos en su estado original.
Honda CRX (Del Sol)
El «cómplice» de Armando Mendoza y autor intelectual de los malos manejos en Ecomoda era Mario Calderón (Ricardo Vélez), vicepresidente comercial de la firma. Su vehículo en la novela era un flamante Honda CRX de color rojo.
Así, el Honda CRX (Civic Del Sol en otros países) existió entre 1992 y 1998. Llegó al país en noviembre de 1992, llamando la atención por su carrocería tipo ‘roadster’ y un techo duro practicable, que se ocultaba automáticamente en la puerta del baúl. Estuvo en las vitrinas nacionales hasta los primeros meses de 1995.
Basado en el Honda Civic de quinta generación, llevaba un motor VTEC de 1.6 litros y 16 válvulas que entregaba 123 caballos a 6.600 rpm y torque de 144 Nm a 5.200 rpm, con una caja manual de 5 velocidades.
Ford Fairmont Futura Coupé 1980
Don Hermes Pinzón Galarza (Jorge Herrera), el sobreprotector padre de Betty, fue durante años el contador de un banco, pero fue despedido sin que se pagaran sus prestaciones. Las finanzas del hogar se solucionaron cuando Betty logró el empleo de asistente de presidencia en Ecomoda.
Pudo entonces reemplazar su viejo Chevrolet 1953 por un Ford Fairmont Futura Coupé de 1980, un auto que se produjo entre 1977 y 1983, en carrocerías de dos y cuatro puertas, y Station Wagon, y que llegó a Colombia en 1978.
El padre de Betty conducía la versión de lujo denominada Ghia, con pintura bitono y un motor OHV de cuatro cilindros, 2.3 litros y 88 caballos, unido a una caja automática Select-Shift de cuatro velocidades.
Mercedes-Benz E200 (W210) 1999
Conforme avanza la novela, Betty (Ana María Orozco) descubre que el amor de Armando era una farsa para evitar que ella se quedara con Ecomoda. En represalia por esa traición, decide comprar con los rendimientos de ‘Terramoda’ y sin consultarle, un carro que costaba 45.000 dólares. Un Mercedes-Benz Clase E, versión E200.
En las escenas grabadas en vitrina, Nicolás Mora (Mario Duarte) y Betty prueban en realidad un E430, pero el E200 que finalmente adquieren era previo a la actualización que este auto ejecutivo recibió en el año 2000.
Por entonces, el Mercedes-Benz E200 incorporaba un motor de cuatro cilindros, 2.0 litros y 16 válvulas, con 134 caballos a 5.500 rpm y torque de 190 Nm entre 3.700 y 4.500 rpm. En la novela se mostraba con caja automática de cinco velocidades.
Mercedes-Benz 280 SL R107
Patricia Fernández (Lorna Paz) era la chica rubia (tinturada) y atractiva, que buscaba aparentar un alto nivel de vida. Tras un fallido matrimonio con un hombre millonario, presumía sus estudios de ‘seis semestres de Finanzas en la San Marino’, ubicada en Ecomoda gracias a su amistad con Marcela Valencia (Natalia Ramírez), principal accionista de la firma.
Evitaba utilizar el transporte público, pero a veces usaba taxi con carreras pagadas por préstamos que nunca devolvió. Su tesoro más preciado era un Mercedes-Benz 280 SL R107 convertible al que no podía pagarle gasolina, ni parqueaderos, ni menos las cuotas del crédito. Por eso, el banco embargó el vehículo.
Esta variante del famoso ‘roadster’ alemán estuvo en producción entre 1974 y 1985. Llevaba un motor 6 cilindros de 2.8 litros (M110) con inyección Bosch D-Jetronic, erogando 182 caballos a 6.000 rpm (desde 1978 177 caballos con inyección K-Jetronic) y torque de 238 Nm a 4.500 rpm.
Škoda Fabia 2000 (MK1)
Como adelanto para quienes no han visto la novela, Betty volverá a Ecomoda como Presidente. Al poco tiempo de su regreso adquiere un carro nuevo con sus recursos, menos vistoso: un Skoda Fabia Classic de color azul aguamarina metalizado, que en 2000 costó $33.900.000, unos $63.000.000 de hoy.
Este auto debutó en el Salón del Automóvil de Frankfurt, en septiembre de 1999. Se construyó sobre la plataforma V04 del Grupo Volkswagen, que compartía con autos como el Volkswagen Polo MK4 y el SEAT Ibiza MK3 / Córdoba MK2.
A Colombia llegó a finales de 2000, en carrocería hatchback con motor 1.4 litros de 8 y 16 válvulas, el primero con 68 caballos (Classic), y el otro con 101 caballos (Confort y Elegance), siempre con caja manual de 5 velocidades. En 2001 llegaron los Station Wagon (Combi) y Sedán, añadiendo en 2002 el motor 1.2 litros de 8 válvulas y 118 caballos.
Chevrolet Chevette 1982
Un desvencijado y ‘lobo’ Chevette de dos puertas era el transporte de Efraín Rodríguez Merchán o «El Cheque»(Saúl Santa), esposo de Sofía de Rodríguez (Paula Peña), a quien abandonó por Jenny García «La Pupuchurra» (Martha Isabel Bolaños), una joven modelo de tallaje que laboraba en Ecomoda.
Este popular auto fue una adaptación brasileña del Opel Kadett C, producido entre 1973 y 1994. Recibió su primera actualización en 1978 con carrocería sedán, el hatchback en 1979, y una Station Wagon de tres puertas (Marajo) en 1980.
Se produjo en Colombia desde finales de 1981 en la planta de Colmotores, en carrocería hatchback de tres puertas, con motor 1.4 litros de 8 válvulas y 61 caballos, unido a una caja manual de cuatro velocidades. Estuvo vigente hasta el último trimestre de 1983, dejando las banderas a su hermano sedán que triunfó como taxi.
Corte a comerciales: Renault Symbol y Bob Harris
Aunque no hizo parte de la telenovela como tal, el Renault Symbol debutó a nivel nacional en una de las campañas de mayor impacto en la historia de la publicidad en Colombia, develada justamente durante una emisión de «Yo soy Betty La Fea», en marzo de 2001.
En esta campaña, creada por la agencia Lowe & Partners, un solvente norteamericano de 39 años llamado Bob Harris anunció que buscaba una esposa colombiana y con hijos, dejando un número telefónico de contacto. Se comunicaron más de 6.000 mujeres entre colombianas, mexicanas, españolas y hasta norteamericanas, además de unos cuantos hombres.
Tras dos semanas de espera y especulaciones, el ‘gringo’ anuncia que por fin encontró a su pareja, con hijos y hasta suegra, junto al nuevo Renault Symbol, «el carro para la familia colombiana» según la publicidad, en el que recorrería los paisajes de nuestro país.
El Renault Symbol fue una variante sedán del Renault Clio II, desarrollada en Turquía para mercados emergentes. Llegó a las vitrinas de aquel país a finales de 1999, y un año después, inició su producción en Brasil para América Latina.
Sofasa lo acogió desde principios de 2001, para los mercados de Colombia, Venezuela y Ecuador. En ese momento existieron dos versiones, RNA y RTE, con motor 1.4 litros de 8 válvulas y 75 caballos de fuerza, y caja manual de 5 velocidades. Su precio de lanzamiento fue de $25.800.000, unos $46.000.000 de hoy.
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Última escena
En su momento, «Yo soy Betty La Fea» fue una válvula de escape ante una compleja realidad nacional, que tras su final suplió de alguna manera «Pedro el Escamoso», telenovela del Canal Caracol con un argumento igualmente costumbrista y divertido, emitida entre 2001 y 2003.
Aunque lo nuestro no es la televisión sino los carros, hay que resaltar que a sus 20 años, esta producción evidencia la grave crisis creativa que hoy padece la pantalla chica, enfrascada en temas comunes como narcos, bionovelas o adaptaciones mediocres de series extranjeras.
Llegó el momento, señores escritores y sus próximas generaciones, de volver a nuestra identidad y a las ideas ‘fuera de lo común’ que contenían un poquito de humor como ingrediente. ¡FIN!
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Textos e investigación: Fabián Rojas Castañeda.
Edición y Dirección General: Óscar Julián Restrepo Mantilla.
